Quién se lo iba a decir a Hugo Chávez cuando comenzó a barruntar la idea de apoltronarse en el cargo que lo haría democráticamente.
Para conseguirlo, este enemigo manifiesto de todo lo yanqui, utilizó, no obstante, filosofía empresarial estadounidense, ya que adaptó la famosa frase de Henry Ford “cualquier cliente puede tener el coche del color que quiera, siempre y cuando sea negro” a su campaña electoral, para convertirla en “cualquier venezolano puede decidir libremente la opción que quiera, siempre y cuando elija el sí”.
Finalmente el pueblo soberano ha elegido la opción correcta para Chávez y tan sólo han sido necesarias dos elecciones idénticas en poco más de un año, viva la democracia, el sufragio universal y los demócratas ancianos en chándal de táctel.
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