Si es usted uno de los muchos, que mirando aburrido el fondo de un plato de sopa ha creído ver a Hugo Chávez intentando atraer desesperadamente su atención, sepa que no está loco, es que hay referéndum en Venezuela.
El próximo domingo día 2 de diciembre, los venezolanos están llamados a las urnas para decidir en referéndum la reforma de su constitución. No es una votación cualquiera, se modifican nada menos que 69 artículos de 350 con que cuenta dicha constitución, y entre las modificaciones hay algunas de calado trascendental para el futuro del país, por lo que el actual presidente de la República Bolivariana de Venezuela, ha intentado por todos los medios distraer un poco la atención sobre la importancia del referéndum y centrarse en temas fundamentales para su país, como la polémica con el Rey Don Juan Carlos I, y visitar Irán, paraíso evocador de libertades sociales.
Entre las numerosas reformas que se someten a aprobación destacamos:
Una reforma por la cual el periodo de presidencia pasa a ser de 7 años, y un presidente puede presentarse de forma ilimitada e inmediata tantas veces como desee, ahora el periodo es de 6 años y solo se puede presentar a una reelección. Esta modificación podría significar Chavismo eterno.
También se pretende incluir la posibilidad de que el estado restrinja la información y suspenda el derecho al proceso electoral durante los estados de excepción, estados que decreta el presidente del gobierno. Además de tener poder para decretar estos estados de excepción, tiene también la capacidad de reorganizar el ordenamiento territorial, según crea conveniente.
Rebaja a 16 años la edad para tener derecho al voto, y reduce la jornada laboral a un máximo de 6 horas diarias y 36 semanales, también antepone la necesidad colectiva a la personal a la hora de decidir profesión o actividad económica, pudiendo el estado restringir o suprimir el libre derecho de elección, por necesidades colectivas.
El estado pasa a definirse como socialista y se describen nuevas formas de propiedad, como la pública y la colectiva, dejando de tener impulso y apoyo las iniciativas privadas, y dejaría de estar delimitado con claridad la separación entre los poderes del estado, centrados en su mayoría en la figura del todo poderoso presidente.
Actualmente el número de firmas de electores necesarios para hacer un referéndum a mitad de mandato y cambiar de gobierno es del 20%, pretenden subirlo al 30%.
Observadores internacionales seguirán muy de cerca el referéndum para intentar garantizar en la medida de lo posible la imparcialidad del acto, puesta en tela de juicio dado el poder absoluto que ejerce Chávez sobre todos los estamentos del país.
“Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo”.
El próximo domingo día 2 de diciembre, los venezolanos están llamados a las urnas para decidir en referéndum la reforma de su constitución. No es una votación cualquiera, se modifican nada menos que 69 artículos de 350 con que cuenta dicha constitución, y entre las modificaciones hay algunas de calado trascendental para el futuro del país, por lo que el actual presidente de la República Bolivariana de Venezuela, ha intentado por todos los medios distraer un poco la atención sobre la importancia del referéndum y centrarse en temas fundamentales para su país, como la polémica con el Rey Don Juan Carlos I, y visitar Irán, paraíso evocador de libertades sociales.
Entre las numerosas reformas que se someten a aprobación destacamos:
Una reforma por la cual el periodo de presidencia pasa a ser de 7 años, y un presidente puede presentarse de forma ilimitada e inmediata tantas veces como desee, ahora el periodo es de 6 años y solo se puede presentar a una reelección. Esta modificación podría significar Chavismo eterno.
También se pretende incluir la posibilidad de que el estado restrinja la información y suspenda el derecho al proceso electoral durante los estados de excepción, estados que decreta el presidente del gobierno. Además de tener poder para decretar estos estados de excepción, tiene también la capacidad de reorganizar el ordenamiento territorial, según crea conveniente.
Rebaja a 16 años la edad para tener derecho al voto, y reduce la jornada laboral a un máximo de 6 horas diarias y 36 semanales, también antepone la necesidad colectiva a la personal a la hora de decidir profesión o actividad económica, pudiendo el estado restringir o suprimir el libre derecho de elección, por necesidades colectivas.
El estado pasa a definirse como socialista y se describen nuevas formas de propiedad, como la pública y la colectiva, dejando de tener impulso y apoyo las iniciativas privadas, y dejaría de estar delimitado con claridad la separación entre los poderes del estado, centrados en su mayoría en la figura del todo poderoso presidente.
Actualmente el número de firmas de electores necesarios para hacer un referéndum a mitad de mandato y cambiar de gobierno es del 20%, pretenden subirlo al 30%.
Observadores internacionales seguirán muy de cerca el referéndum para intentar garantizar en la medida de lo posible la imparcialidad del acto, puesta en tela de juicio dado el poder absoluto que ejerce Chávez sobre todos los estamentos del país.
“Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo”.
Simón Bolívar.
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