Luciendo con descaro sobredosis de soberbia, vanidad y Grecian 2000, se presento en el XVI Congreso Nacional del Partido Popular la figura cada vez más desbigotada del otrora Presidente del Gobierno, y actualmente conocido en todo el mundo como Aznar, El Pimpollo.
Triunfalista en las formas, despiadado en los gestos, este mesías del centro derecha ve con desesperación desde su posición, un poco más al extremo de lo que pregona, como su estatus de oráculo sagrado se va perdiendo poco a poco por el surgir natural de los hechos y el discurrir de las derrotas.
Su intervención en el congreso no hizo sino evidenciar aun más la desaceleración del Partido Popular, y su distanciamiento con el que en otro tiempo fuera su elegido, su joven padawan, aquel que debería haber sido por siempre jamás su Marioneta Rajoy, y que finalmente se ha rebelado para poder hacer un partido a su medida, o a la de Zapatero.
Ahora que la figura del Pimpollo está más para fiestas de millonarios y cubiertas de yates que para plenos del congreso y consejos de ministros, decidimos centrar nuestra atención en la persona de José Manuel Soria y su supuesta clonación.
Si no vives en Canarias, posiblemente el nombre de José Manuel Soria no te diga nada, pero si te fijas un instante, con relativo detenimiento en el mosaico fotográfico que ilustra este artículo, podrás comprobar que el señor Soria, protagonista de todas las imágenes, guarda un sospechoso y siniestro parecido con Don José María Aznar, y no son pocos los que aseguran que la ciencia genética y el sueño del perfecto candidato están detrás de este parecido.
La teoría que presentamos hoy es la que habla de contactos entre Fraga y los raelianos para la fecundación de simios hembra con genes Aznarianos y generar así una nueva raza de súper estadistas, con rasgos faciales e ideológicos prácticamente idénticos que evitaría las dudas de a quien elegir, ya que siempre se presentaría el mismo, lo que perfecciona el sistema democrático.
Se han hecho experimentos y 9 de cada 10 votantes de centro derecha se postrarían admirados ante un ficticio cartel electoral del señor Soria, al que dicho sea de paso han llamado José Manuel, otra casualidad, asimilando su figura como la del nuevo e inquebrantable líder, al estar caracterizado con todos los rasgos físicos vinculados al poder y el imperialismo que estos votantes tienen instalados en su inconsciente.
¿Es posible que en los bajos de la sede de Génova exista un laboratorio repleto de probetas con Aznarcillos flotantes?
¿Tendrá Rajoy cual Charlton Heston que luchar por el poder en el Partido de los Simios?
Solo el tiempo lo dirá.
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