Continúa el vía crucis particular de la iglesia y el gobierno.
Las espadas están en todo lo alto, la guerra de los alzacuellos contra las corbatas no ha hecho más que comenzar.
Abrieron fuego los célibes pastores solicitando a su rebaño el voto para un partido que elimine los matrimonios homosexuales, educación para la ciudadanía, proteja a la familia, tenga un candidato con barbita y como mucho, un PPar de siglas.
Por su parte el gobierno ha comenzado la campaña “Enola Gay” dejando caer, como si nada, que a partir del 9 de marzo nada será igual en la relación que el gobierno mantiene con la jerarquía eclesiástica, y que deberían darse pasos definitivos hacia la autofinanciación de la iglesia.
Quizás, después de más de dos mil años los curas tenga que ponerse a trabajar, o llevar publicidad en la sotana, e incluso cobrar comisión a los mendigos de la puerta, pero, también pueden seguir, si su apuesta no prospera, como hasta ahora, viviendo en este país de infieles y pecadores, eso sí, con el estomago y el bolsillo lleno, más precavidos y expectantes, con la esperanza de que los suyos recuperen pronto el poder,
Por la gracia de Dios.
Las espadas están en todo lo alto, la guerra de los alzacuellos contra las corbatas no ha hecho más que comenzar.
Abrieron fuego los célibes pastores solicitando a su rebaño el voto para un partido que elimine los matrimonios homosexuales, educación para la ciudadanía, proteja a la familia, tenga un candidato con barbita y como mucho, un PPar de siglas.
Por su parte el gobierno ha comenzado la campaña “Enola Gay” dejando caer, como si nada, que a partir del 9 de marzo nada será igual en la relación que el gobierno mantiene con la jerarquía eclesiástica, y que deberían darse pasos definitivos hacia la autofinanciación de la iglesia.
Quizás, después de más de dos mil años los curas tenga que ponerse a trabajar, o llevar publicidad en la sotana, e incluso cobrar comisión a los mendigos de la puerta, pero, también pueden seguir, si su apuesta no prospera, como hasta ahora, viviendo en este país de infieles y pecadores, eso sí, con el estomago y el bolsillo lleno, más precavidos y expectantes, con la esperanza de que los suyos recuperen pronto el poder,
Por la gracia de Dios.
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