La gran noche ha llegado señoras y señores, los dos púgiles están ya sobre el cuadrilátero, en la esquina derecha con calzón blanco de tiro largo modelo palomares y 102 KG de peso, el aspirante, el grande, el único, el de gafas “Mandíbula Peluda Rajoy” y en la esquina izquierda con tanga rojo modelo Bibiana Fernández y 80 KG el campeón, el imbatido, el rompe países, el separa familias, “Zapatero, el azote de las sotanas”.
Y comienza el debate, los ojos ensangrentados de los aficionados ávidos de carnaza permanecen clavados en la pantalla del televisor a la espera de que su favorito descuartice a su oponente, y entonces ocurre lo que nadie pensaba, van y se ponen a hablar, a opinar, a intercambiar datos, a rebatirse con argumentos, a plantear propuestas y cuestionar las del otro, a respetar el turno de palabra con educación, a ceñirse a las indicaciones del moderador, el desconcierto es general, nadie se esperaba esto y mucho menos en televisión, ¿y estos hacen política? en que hemos fallado.
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